Fuente: irena
Las adiciones de capacidad de energía renovable a nivel mundial en 2020 superaron las estimaciones anteriores y todos los récords anteriores, a pesar de la desaceleración económica derivada de la pandemia del COVID-19. Según los datos publicados hoy por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), el mundo añadió más de 260 gigavatios (GW) de capacidad de energía renovable el año pasado, superando la expansión de 2019 en casi un 50%.
Las estadísticas anuales de IRENA sobre la capacidad de las energías renovables en 2021 muestran que la cuota de las energías renovables en toda la nueva capacidad de generación aumentó considerablemente por segundo año consecutivo. Más del 80% de toda la nueva capacidad eléctrica añadida el año pasado fue renovable, y la energía solar y la eólica representaron el 91% de las nuevas energías renovables.
El aumento de la participación de las energías renovables en el total se debe, en parte, al desmantelamiento neto de la generación de energía con combustibles fósiles en Europa, América del Norte y, por primera vez, en toda Eurasia (Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Federación Rusa y Turquía). Las adiciones totales de combustibles fósiles se redujeron a 60 GW en 2020, frente a los 64 GW del año anterior, lo que pone de manifiesto una continua tendencia a la baja de la expansión de los combustibles fósiles.
“Estas cifras cuentan una notable historia de resistencia y esperanza. A pesar de los desafíos y la incertidumbre de 2020, las energías renovables emergieron como una fuente de innegable optimismo para un futuro mejor, más equitativo, resiliente, limpio y justo”, dijo el Director General de IRENA, Francesco La Camera.
“El gran reseteo ofreció un momento de reflexión y la oportunidad de alinear nuestra trayectoria con el camino hacia la prosperidad inclusiva, y hay señales de que lo estamos aprovechando”.
“A pesar del difícil período, como predijimos, 2020 marca el inicio de la década de las renovables”, continuó La Camera. “Los costes están bajando, los mercados de tecnologías limpias están creciendo y nunca antes los beneficios de la transición energética habían sido tan claros”.
“Esta tendencia es imparable, pero como pone de manifiesto la revisión de nuestras Perspectivas de la Transición Energética Mundial, queda mucho por hacer. Nuestra perspectiva de 1,5 grados muestra que hay que reorientar las importantes inversiones energéticas previstas para apoyar la transición si queremos alcanzar los objetivos para 2050. En esta década crítica de acción, la comunidad internacional debe mirar esta tendencia como fuente de inspiración para ir más allá”, concluyó.