
Un crecimiento del 26,6% en comparación con el ciclo anterior refuerza el liderazgo del país en la producción de cobre y minerales estratégicos.
Chile proyecta una inversión minera de US$83.181 millones para la próxima década, para así seguir consolidándose como referente global en la producción de cobre y litio. Según el informe “Inversión en la Minería Chilena: Cartera de Proyectos 2024-2033” de Cochilco, este monto representa un aumento del 26,6% respecto al ciclo anterior y se materializará en 51 proyectos, donde el cobre representa el 88,6% de la inversión total, con iniciativas clave como la expansión de El Abra (US$7.511 millones), Chuquicamata Subterránea (US$4.429 millones) y Los Bronces Integrado (US$3.300 millones). Estas inversiones apuntan a mejorar la eficiencia operativa, la gestión hídrica y la reducción de emisiones.
El litio se posiciona como otro eje estratégico, con una inversión de US$3.887 millones en proyectos como Sales Maricunga (US$600 millones) y el Proyecto Paloma de Codelco (US$2.300 millones). La participación del sector privado en la cartera alcanza el 60% (US$42.000 millones), enfocándose en innovación y energías limpias, mientras que Codelco y Enami aportan el 40% restante (US$33.032 millones) para la modernización de operaciones históricas. Además, se prevé que la producción de carbonato e hidróxido de litio aumente hasta 145.700 toneladas anuales hacia 2033, impulsada por la creciente demanda global.
En términos de sostenibilidad, el sector privado lidera la adopción de tecnologías verdes, integrando energías renovables en faenas como Quebrada Blanca y Mantoverde, junto con proyectos de desalación como el de Collahuasi (US$2.850 millones) y la incorporación de camiones eléctricos en Sierra Gorda de KGHM. Asimismo, la necesidad de modernizar activos con más de 30 años de funcionamiento ha impulsado la automatización en proyectos como Radomiro Tomic Sulfuros Fase II (US$6.672 millones) y la inversión en infraestructura portuaria y logística en zonas estratégicas como Mejillones. A pesar de los desafíos regulatorios, el 65% de los proyectos cuenta con aprobación ambiental, asegurando estabilidad jurídica para los inversionistas.
Con esta ambiciosa cartera, Chile se afianza como un destino minero clave para el futuro, combinando liderazgo en cobre, una expansión significativa en litio y un fuerte compromiso con la minería sustentable. Este panorama ofrece un ecosistema atractivo para inversionistas que buscan eficiencia, sostenibilidad y un rol protagónico en la transición energética global.