Desde 2009, año en que se promulgó la ley 20.363 que estableció el 10 de agosto como el “Día del Minero”, se conmemora esta importante fecha, asociada además a la fiesta de San Lorenzo, patrono de los mineros y mineras.
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El 10 de agosto implica la oportunidad de una reflexión para los múltiples desafíos que surgen, especialmente los impuestos por la naturaleza. Desafíos que conducen, no solo a reconocer y mejorar el bienestar de quienes trabajan en la industria, sino que también a mirar el futuro con una minería 4.0, una Minería Verde que converse con el cambio climático que está afectando fuertemente al planeta (ver nota).
Temas complejos a los que poner el acento y prepararnos para ser partícipes de los cambios, para exigirnos responsablemente ser custodios de las mejores prácticas y exigir de todos los involucrados en esta gran familia minera una sola voz, un solo pensamiento y una sola acción con respecto a las energías renovables, el uso eficiente de los recursos hídricos, a una minería que nos orgullezca por su preocupación por el medio ambiente, por el entorno social, por ser parte de este gran emprendimiento chileno que nos destaque por su responsabilidad y compromiso.