
El metal cerró en US$ 4,38 por libra, presionado por un entorno internacional incierto y señales de debilidad en las importaciones del principal consumidor mundial.
Durante la semana del 9 al 13 de junio, el precio del cobre registró una baja de 1,4% y cerró en US$ 4,38 por libra, según el informe semanal del mercado internacional del cobre. Pese a haber alcanzado un máximo de US$ 4,47 por el anuncio de un acuerdo entre Estados Unidos y China, la falta de detalles y la mantención de altos aranceles, como el 55% aplicado por la administración Trump, afectaron rápidamente las expectativas. “El mercado reaccionó con cautela ante la falta de señales concretas”, señala el informe.
La situación se agravó por un nuevo foco de tensión en Medio Oriente tras un ataque de Israel a Irán, lo que impulsó una mayor aversión al riesgo y fortaleció al dólar. Esto redujo la competitividad del cobre, encareciendo su valor para compradores de otras monedas. A esto se suma una caída en las importaciones de cobre refinado por parte de China y una baja en la prima del puerto de Yangshan, reflejo de un mercado menos dinámico. “El crecimiento de la capacidad de fundición en China continúa presionando los márgenes globales”, advierte el análisis.
En cuanto a inventarios, las existencias de cobre refinado en las principales bolsas bajaron un 4,4% en la semana, sumando 392.370 toneladas. Destacó la caída del 13,5% en la Bolsa de Metales de Londres, donde los warrants cancelados, cobre reservado para entrega, representan ya el 55,6% del total. Este dato sugiere una demanda física creciente, aunque el efecto alcista ha sido limitado. El mercado mantiene un tono volátil, con sesgo bajista en el corto plazo.